4. Las TIC en filosofía: ¿avance o atraso?

Buenas tardes queridos seguidores, hoy vamos a analizar un tema muy actual dentro de la discusión educativa.

Las TIC se presenta como una nueva forma de impartir los contenidos, como una herramienta revolucionaria que permite aprender a los alumnos de una forma distinta y, además, como una competencia básica dentro del currículo del instituto. Voy a pasar a daros mi opinión sobre este tema tan de moda en estos momentos.

En primer lugar, no quiero quedar como un dinosaurio, soy perfectamente consciente de que las nuevas tecnologías tienen muchísimo potencial y pueden ser usadas de manera adecuada para impartir filosofía u otras materias. Sin embargo, quiero ser realista y voy a presentar dos problemas que me parecen inherentes al uso de las TIC en las aulas.

La primera tiene que ver con el fundamento de las nuevas tecnologías, con su esencia. Los niños actuales crecen rodeados de nuevas tecnologías: televisión, tablet, ordenador, teléfono móvil, consolas... Por tanto, no viven alejados del mundo tecnológico, sino más bien, todo lo contrario, prácticamente desde que tienen consciencia utilizan estas tecnologías. Entiendo, no obstante, que desde la educación se enseñe a los alumnos a usar adecuadamente estas tecnologías, pero no comprendo que tengan que estar presentes en todas las clases, y menos en filosofía. ¿Por qué digo esto? Porque la mayoría de los niños pequeños son adictos a todo lo que tenga que ver con una pantalla. Con las tecnologías ocupan su tiempo libre, con ellas se tranquilizan y son su recompensa. Y a mí, personalmente, no me gustaría que mi hijo estuviera 5 horas al día en clase pegado a tu tablet para aprender los contenidos, porque ya tiene suficiente con todos los estímulos que puede recibir fuera de la escuela como para que encima en el propio centro escolar se promueva una adicción tan nefasta. Por lo tanto, el problema no es el uso de la tecnología, sino la tecnología en sí misma, no la quiero como pilar básico de la educación.

Para el segundo problema voy a seguir un artículo de Wilbert Tapia, profesor de filosofía en la Universidad de San Agustín, porque creo que señala otro problema fundamental de las TIC. Este autor indica que parece complicado que las TIC se puedan adaptar al ritmo pausado, lento y profundo que define al pensamiento filosófico. No se puede tratar de entender perfectamente el pensamiento de Aristóteles a través de un vídeo corto o respondiendo unas preguntas en Kahoot. Porque la filosofía sigue siendo un saber que necesita ser leído detenidamente. En la clase de filosofía no se debería promover el buen uso de las TIC, sino la lectura atenta y profunda.

En mi opinión las TIC -juegos tecnológicos, visualización de vídeos etc- dentro de la asignatura de filosofía deberían tener un espacio residual -aquí no incluyo una presentación en PowerPoint o similares, ya que entiendo que es una forma cómoda de desplegar apuntes o ideas- , solo reservado para aquellos momentos en los que el profesor quiera premiar a los alumnos con un entretenimiento, pero no como un método que se pretenda utilizar para que los alumnos aprendan mejor filosofía. Hay muchos métodos que no incluyen el uso de las pantallas que pueden ser muy atractivos para que los alumnos de Bachillerato se acerquen a la filosofía, como pueden ser los debates, los juegos de cartas o la lectura de textos controvertidos.

Espero que la moda de las TIC no llegue a derribar los pilares básicos de la filosofía.

¡Nos vemos en la siguiente entrada!




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